Hay una vitola indicada para cada fumador y aunque sobre gustos ninguna clasificación es válida también es cierto que existen sugerencias respecto del momento en que se fume: las vitolas tipo corona y robustos se disfrutan en plenitud luego de una buena comida, generalmente una cena; mientras que para el día se saborean puros más livianos y cortos, del tipo media y cuarta corona.
A la hora de elegir un puro otro dato a tener encuentra es que no siempre el tamaño del puro tiene que ver con su fortaleza e intensidad: generalmente los cigarros más chicos son los más fuertes.
Un puro debe encenderse con una llama corta, viva, que no desprenda olor. Para ello lo más indicado son las varillas de cedro. La llama debe mantenerse aproximadamente a un centímetro por debajo de la punta del tabaco, el cual se hará girar hasta quedar totalmente encendido para lograr uniformidad.
Es recomendable tener continuidad en el fumado para evitar que se apague ya que al encenderlo nuevamente va cambiando el sabor y se pone más fuerte.
Para disfrutar de un puro correctamente las bocanadas de humo son saboreadas a través del olfato y el paladar, luego se exhala el humo sin haberlo tragado.
Cuando termine su puro o se encuentre satisfecho no es necesario apagarlo, simplemente déjelo en el cenicero en posición horizontal para que se apague solo y evitará olores desagradables.