Elaboración

Los Puros Juliano están elaborados con hojas de la más alta calidad traídas de las provincias tabacaleras del norte argentino. A partir de allí comienza el proceso de preparación de la hoja: cada fardo es clasificado y apilado según el tipo de hoja, luego se abren, se arman manojillos y se realiza la moja. De allí pasan al secadero para que liberen el exceso de agua y una vez que se encuentran con la humedad justa nuestras abridoras comienzan a planchar hoja por hoja, las clasifican según tamaño, textura y color y se arman los burros en el cuarto de curado donde se llevará a cabo la primera fermentación, proceso que dura aproximadamente tres meses y durante el cual la hoja se depura y elimina gran parte de la nicotina y el amoníaco que poseía.

Durante este período recibirán la estricta revisión del encargado de la fermentación que variará las condiciones ambientales de acuerdo al clima. Es un proceso sumamente importante porque es donde la hoja potencia sus cualidades y desarrolla su sabor. Esta es la etapa de producción que diferencia a Juliano de sus competidores ya que hemos sido pioneros en su realización asumiendo el incremento en los costos que implica la inversión del tiempo de fermentación y estacionamiento en pos de lograr la más alta calidad del tabaco argentino.

Las hojas que son destinadas a capa se someten a una segunda fermentación por otros tres meses, las demás se someten a un período de estacionamiento y luego están listas para las manos expertas de los torcedores.

El armado de la línea de Puros Juliano es realizado completamente a mano por torcedoras altamente capacitadas al estilo cubano. Juliano cuenta con cigarros de tripa corta y tripa larga.

La línea de tripa corta es aquella que se elabora con retazos de tabaco en una máquina manual donde se coloca el capote encargado de contener y afirmar la tripa y se enrolla la picadura. Luego va a molde y el proceso siguiente es similar al de tripa entera.

La línea de tripa larga es aquella que se elabora con la hoja entera. El torcedor toma las hojas que componen el blend de la vitola y las envuelve en otra denominada capote, luego corta uno de los extremos y lo coloca en cada uno de los habitáculos del molde. Cuando el molde se completa se lleva a la prensa por espacio de una hora aproximadamente, aunque los puros deben rotarse transcurrida media hora para completar la forma cilíndrica.

La última etapa del armado, y la más compleja, consiste en vestir el puro con la hoja denominada "capa". Este es un trabajo que requiere de manos expertas ya que serán sometidos a un estricto control de calidad. Aquellos que pasan el control son entregados a la estampilladora y por último el embalador confecciona la caja siguiendo un criterio de uniformidad de color.

Aquí media un nuevo período de estacionamiento. Cuanto mayor sea éste, mejor será el sabor del puro y todas sus cualidades estarán potenciadas.

Los Puros Juliano llegan a sus manos luego de haber recibido la contribución manual de cerca de diez operarios en las distintas fases de producción y transcurrido más de un año a partir de la cosecha de la hoja.

Con un largo proceso de estacionamiento y luego de pasar por un estricto control de calidad el puro terminado se envasa en cajas de cedro para garantizar que llegue al fumador con la misma calidad con que salió de su estacionamiento, esto es: la caja de cedro lo protege de golpes y lo enriquece con su aroma logrando una combinación exquisita.

Para que el producto conserve sus características y calidad debe mantenerse frescos, esto es, a una temperatura que puede oscilar entre los 16ºC y los 18º y una humedad promedio del 70%.

Nuestro compromiso como experimentados fumadores y amantes del mundo de los puros es alcanzar la excelencia a través de la más alta calidad tanto en la fase de producción como en la comercialización y atención al cliente.
Disfrute usted de un puro argentino de la más alta calidad, con un sabor único y distintivo al mejor precio.